25 abril 2009

Suiza y Liechtenstein.

Ginebra.

La capital gallega de Suiza. Aquí me encontré con un montón de paisanos de mi tierra, ví bares que ofrecían "Pulpo à la galega" y hasta una oficina de CaixaGalicia que tenía la publicidad en español. Vamos que, en Ginebra me sentí como en casa!

A primera vista parece una ciudad muy tranquila aunque tiene un ambiente muy cosmopolita. Un tercio de la población son extranjeros. Aquí están las sedes de muchos organismos internacionales como: las Naciones Unidas (su sede en Europa), Unicef, la OMS, la OIT y hasta la Cruz Roja.

Me pareció una ciudad muy rica. Con muchos sitios donde gastar el dinero, si se tiene claro. Por la calle era normal ver muchos coches de lujo. Hasta me encontré en pleno centro con un concesionario de Ferrari. ¡Así, cómo quien no quiere la cosa!


Ginebra, a orillas del lago Lemán y su famoso chorro de agua. (Jet d'eau).

Una imagen del día a día ginebrino.

Zurich.

Bienvenidos a la ciudad con más calidad de vida del mundo. Aunque yo con tanto tranvía y tanto carril-bici, muchas veces tuve que tener bastante cuidado para no ser atropellado.

En esta ciudad, que también tenía su propio lago, se percibía muchísima vida. De hecho está considerada una de las ciudades más modernas y dinámicas de Suiza. Además de su capital financiera. En Zurich se veían muchas tiendas de moda de todo tipo, muchas terracitas que invitaban a detenerse y a tomar algo con tranquilidad, y bares con música en directo, ya desde por la tarde. ¡Muy recomendable para una escapada!


Zurich y uno de sus "miles" de tranvías.

Liechtenstein.

¡El destino exótico del viaje!

¡Es pequeñísimo! Vaduz, la capital, tiene sólo 5.000 habitantes y su aspecto es el del típico pueblo de montaña que está cerca de una estación de esquí. Muy distinto del concepto de otros micro-países, como Mónaco, por ejemplo.

La ciudad se reduce prácticamente a dos calles principales, una que es una carretera que la atraviesa, donde se encuentran los principales bancos del país, y otra que es una calle peatonal, con muchas tiendas de souvenirs, además de bares y museos, como el museo del sello de Liechtenstein. En esta calle además podemos ver: el parlamento nacional y el ayuntamiento de Vaduz

En lo alto de una montaña, junto a la capital, está el castillo de los príncipes de Liechtenstein. Aunque no se puede visitar, ya que es su residencia oficial. Sin embargo, merece la pena acercarse hasta allí para disfrutar de la vista de la ciudad.

Para recorrer el país, hay un servicio de buses que une sus distintas ciudades. Pero es tan pequeñito, que yo, cuando quise darme cuenta, estaba en en una ciudad de Austria al lado de la frontera. (Feldkirch).

Percibí en toda la gente de Liechtenstein con la que hablé, un espíritu de estar muy orgullosos de su país. Cuando me marché me llevé conmigo la sensación de que todo lo que había visto ese día había sido un espejismo, pero que mereció la pena vivirlo.





Panorámica de Vaduz, la capital de Liechtenstein.




2 comentarios:

javi dijo...

buenas martín! soy javi, el chico de madrid que te escribio, el que se va el año que viene a rennes de erasmus.

como dijiste que si se nos ocurrían temas de los que pudieses hablar, he pensado que podías comentar un poco como está el movimiento estudiantil por rennes. no se como estará en tu universidad, pero por lo que tengo entendido, en rennes 2 se está liando muchisimo, han bloqueado la universidad y no se que cosas más

seguramente tu estas mas enterado, y sabes sobre que protestan y de mas!

un saludo!

Anónimo dijo...

à mon avis: Sainte-Anne, c'est pas posible un tel change en fonction de l'heure sur cette place!!

Rubén